Agotamiento de pensar y de explicar cosas. Rendición ante la posibilidad de conocer otro ser humano, o de volver a pasar por lindas y mágicas experiencias. Eso es para la gente más joven. Me digo. Para mi ya no volverá a suceder. Me rindo también a la posibilidad de calzar con todas aquellas cosas que yo misma esperaba para mi. Como mujer, la fe y la esperanza se pierden. O las mías al menos. No quiero volver a tener fé. Me canso de tan sólo pensar en tener fé. Pero, al menos algo bueno hay en todo esto, y es que cada vez me doy mas cuenta de que soy capaz de relacionarme desde lo real, sin la "documentación falsa de los enamorados" y sin las parafernalias y adornos totalmente fake que acompañan las conquistas. Eso es bueno, supongo, aunque igual me entristece a gran nivel, ya que, de alguna manera eso implica que no volverá a haber magia en mi vida... Me doy cuenta que en la medida q me voy haciendo mas grande, menos ropa me va quedando, porque menos fuerzas tengo para mostrarme de una manera que no sea yo realmente, menos ganas me quedan de relacionarme desde la pose o una postura inventada o defendida. A diablo la fantasía. Hoy es un día de mierda. Y mi banda sonora sería Chuck, a quien conocí el domingo recién pasado en providencia. Orbuá.
Desde mi tediosa rutina pienso, mientras me lleva la micro: La vida no puede consistir en esto, la vida DEBE SER sublime, o llena de SENTIDO, o como mínimo un juego entretenido. Pero lo concreto es lo siguiente: Voy en una micro. Apretada. Asfixiada. Incómoda. Medio doblada. Indigna. Mareada. Tensa. Ansiosa. Preocupada. Atenta. Acalorada. Molesta. Invadida.
¿Qué será lo importante de este momento? Valorar mis aprendizajes, valorar qué es lo que vale la pena rescatar y conservar en esta vida, y... seguir. Seguir transitando hacia otra etapa, una en la que tenga menos cárceles. Porque así lo veo yo, jornada laboral de 8 horas = cárcel, transporte público = cárcel, comida que te venden en el supermercado = cárcel, ritmo de vida postmoderna = cárcel, estilo de vida que debes pagar mensualmente y caro = cárcel. Y todo eso que mencioné no es lo que yo quisiera. Yo quisiera una vida simple, humilde, sin lujos. O quizás con los lujos más grandes a los que podría alguien optar, a los cuales sólo un@s poc@s acceden: ser libre, plena, creativa, amada y feliz. Eso es todo. Ese es el secreto. Desde este pequeño escaño en el infinito universo, y aunque en este momento se me pueda ver formando parte de esta máquina-engranaje capitalista perversa, yo no me siento parte, no quiero ser parte y me quiero bajar. Y me voy a bajar. Me declaro En Tránsito Temporal Hacia una Nueva Vida (ETTHNV), en donde mis metas y logros serán batallas internas, en donde la meta es la coherencia, la consecuencia y la paz interna. Y para concluir, páá, Stevie Wonder.
En los primeros minutos,
en las primeras horas,
en los primeros días,
en las primeras noches,
esperarás una respuesta.
De día,
verás muchas veces tu teléfono,
y tu mail,
esperando una respuesta,
mientras comes,
lo que encuentras,
a tu alrededor.
De noche,
no lograrás dormir,
porque esperas,
que algo suceda,
que algo suene,
o algo truene,
o por último,
que algo se quiebre,
y suene,
para que lo sepas.
Y en los primeros días,
también dejarás de comer,
de incertidumbre.
Yo no sé qué relación tendrá el hambre con las certezas que una tiene.
Pero al parecer cuando hay certezas hace más hambre.
Y cuando todo es incertidumbre el hambre deja de habitar el estómago
y el cuerpo.