La vida es más extraña que en los cuentos!

jueves, 26 de abril de 2012

SHS: Sucesos Históricos Semanales

Señoras y señores,
érase una vez que yo escribía una anécdota del día, por cada día 
para contárselas a un ser querido que estaba lejos.

Ahora, cambié el nombre al ejercicio,
y se va a llamar: SHS, Sucesos históricos Semanales.

1.- Me corté (mal) el pelo. Yo misma.

2.- Hice mi primer ladrillo ecológico. Quedó pulento.

3.-Dí la bienvenida a las bolsas plásticas, para echarlas al ladrillo.
(pd: "el tamaño de los ojos es el mismo desde que naces hasta que mueres")


4.- Descubrí que las letras del diario se pueden marcar en las uñas, y de esa manera me convierto en una persona más fashion.


La palabra "fashion" me recordó esta canción: 



Buenas Noches!

martes, 24 de abril de 2012

Somebody to Love?

Buenas Noches, triste noche, y Freddy, donde quiera que estés...

miércoles, 18 de abril de 2012

No me borra la Lluvia!


Habiendo un fuerte olor a incienso, que me desagrada un poco, y estando mojada por la lluvia, escribo en mi cuadernito para no sentirme incómoda en esta sala llena de gente, esperando la clase de Yoga.
(Estrategia ancestral de evasión, he escrito muchos cuadernos!)

En el camino hacia acá, estuve súper contenta, observando a la gente pasar, con y sin paraguas, sonrientes y no. Por sobretodo vi mucha gente sonriente, más que otras veces. Quizás, la lluvia en Santiago pone feliz a la gente, o quizás yo que ando sonriendo sola veo que la gente sonríe. En fin. Cosas que vi:

- Un par de niñas de colegio, con uniforme de colegio, corriendo a toda velocidad y riendo a carcajadas.
- Un caballero de lentes que caminaba muy lento, sin paraguas, con las manos en forma de copa hacia el cielo, recibiendo la lluvia.
- Un hombre joven intentando cubrirse con una revista en la cabeza, caminando muy rápido, como arrancando, y que cuando llegó hasta donde yo estaba casi chocó, pero hizo una pirueta y me esquivó.
- Una niña que se bajó del vagón del metro y al bajar observó algo o alguien y sonrió. Al mirar hacia donde ella miraba, a muchos metros, un niño sonriendo igual que ella. (Los enamorados empiezan a sonreír cuando se ven de muy lejos)
- Cemento mojado, tierra mojada, árboles mojados.
- Gotas de lluvia, charcos de lluvia.
- Paraguas.
- Barro.

Antes, hace pocos meses, yo me habría borrado con la lluvia, pero hoy no :)

Cuando vuelva a casa, para celebrar la lluvia con mis roomates y matemates, comeremos piñones hasta que ya no podamos más.

Y quizás más de noche se cortará la luz, y hablaremos de avistamientos de fantasmas, foo fighters y/o espectros varios. Cosas rutinarias de un día de lluvia o temporal.

No me resultó subir una foto de mi espectro, así que les dejo con mi último amor, Vince Guaraldi, Buenas Noches!












jueves, 12 de abril de 2012

Blonda

Bien.
Mi misión del día de hoy es decir lo siguiente:
Hay personas que son como una casa, otras que son como una calle, otras como una bicicleta, otras como un vegetal, otras como una fruta, etc.
Hoy, yo me he sentido como una blonda, como la de esta falda. Y vaticino que me seguiré sintiendo así.

Buenas Noches, imaginari@s tod@s. 

miércoles, 11 de abril de 2012

Meditación en Harrison

Hay veces,
casi todas,
en que las canciones
dicen todo lo que hay que decir

Parecerá demasiado cool, pero es un hecho real:

en la meditación de hoy
mientras me daba cuenta
de cómo mis músculos se transforman
poniéndose firmes
igual que mi alma,
en un momento recordé a harrison
y lo peor,
canté esta canción entremedio...


Es todo cuanto vengo a decir, muy buenas noches!

martes, 3 de abril de 2012

Velocidad y Certeza

Dicen que vivir de recuerdos no es vivir bien.

Sin embargo, yo he tenido hoy un flashback de un momento de mi vida que no es presente, pero que llenó mi alma, mucho más que lo que está sucediendo aquí y ahora.
(qué voy a saber yo de los tiempos, si luego de ver Nostalgia de la luz supe que todo tiempo es pasado)

Érase una vez que yo tenía pocos años, pero no tan pocos, más de 7 y menos de 10.

Estaba en los primeros cursos de la básica, creo que segundo.

Acababa de llegar a un colegio nuevo, en donde iba a pasar el resto de mis días de colegio (pero entonces yo no sabía eso), y todas las personas y situaciones que vivía, las estaba viendo por primera vez, con miedo y con cuidado.

Llevaba como una semana conociendo mi nueva sala, aprendiendo que para ir al baño tenía que dar vuelta un círculo de cartulina al color rojo en la puerta de la sala para después salir, y tenía que avisarle a la tía, par que ella volteara la cartulina, porque quedaba muy arriba; recién me aprendía los nombres de las tías, y de mis compañer@s, recién aprendía que para jugar con el ábaco tenía que esperar que alguien lo desocupara, recién me acostumbraba a sacarme los zapatos en la entrada de la sala, para ponerme las bambuchas de lana, y no dejar con barro (recuerdo haberme sentido importante al saber abrocharme los cordones).

Pero había algo a lo que rápidamente me acostumbré, o me uní. Era Jorge, quien la semana anterior, el primer día, me vino a buscar a la puerta para decirme que yo iba a ser su amiga.

Y este día, que inundó mi recuerdo hoy, salimos a recreo sin las tías (no recuerdo por qué). Sonó el timbre. Se abrió la puerta de la sala. Y desde no sé dónde apareció el Jorge al lado de mí (a mi lado derecho), me tomó de la mano (derecha), y salimos corriendo a la velocidad de la luz, atravesando pasillos a toda velocidad, doblando en las esquinas a toda velocidad, hasta llegar al patio, donde no podíamos detenernos y esquivamos a la gente para seguir corriendo al patio mediano, y luego al patio chico, en donde nos detuvimos, frente a la gruta de la virgen. Seguimos de la mano. Nos reímos a carcajadas. No sé por qué, hoy no tiene lógica.

- Nos van a retar por andar de la mano, porque es de grandes, Dije.
- Los pololos andan de la mano. Y tú eres mi polola, dijo Jorge.
- Bueno, dije yo. Pero si alguien se acerca, yo te voy a soltar.
- Bueno, dijo Jorge.

Como si estuviera pasando ahora, recuerdo esa carrera irracional hacia el patio, el viento en mi cara, mis moños del pelo saltando con el movimiento, la falta de aire (Jorge corría mucho más rápido que yo), el acomodo constante de nuestras manos transpiradas, para no soltarse.

Y ahora saco como conclusión que es eso lo que siempre quiero hacer: correr vertiginosamente hacia el vacío, hacia lo que no sé, pero sujeta a una certeza.

Gracias por pasar a quien se detenga, y buenas tardes,