La vida es más extraña que en los cuentos!

jueves, 18 de abril de 2013

Algún Año Nuevo


Ni siquiera sentí que el 2007 realmente había terminado. De pronto tod@s se abrazaban felices, comían lentejas, depositaban 3 uvas y un anillo de matrimonio en una copa de champaña, gritaban hacia la calle por las ventanas, comenzaron a dar vueltas con una maleta en la mano.

Yo daba y recibía abrazos por inercia, como cuando te pillan por sorpresa y no sabes qué responder ni hacer. Como cuando sales y el día está soleado y de pronto se cierra el cielo y cae la lluvia furiosa (y obviamente andas sin paraguas).

Por la noche, luego de los abrazos, estaba la misma gente de siempre. Yo sentía algo en el alma, algo raro, algo creciente, algo turbio, algo luminoso, no sé. Algo. Algo de lo que el resto se dio cuenta. Él preguntó:

- ¿Qué te pasa?
- Es que no siento que esto sea un año nuevo.
- ¿Por qué?
- Porque no. Intentaría explicarme, pero nunca me resulta por completo.
- Pero Fa, siempre con las crisis existenciales, ¿No puedes simplemente estar bien?
- Podría, pero sería una completa falsedad.
- Que sea una falsedad entonces.

El resto de la noche fue aún peor. Terminé yendo a la casa de alguien que no conocía. No quería estar ahí. Y risas y risas y risas fuertes y risas más fuertes y más fuertes y más risas. Y más falsedad.
- ¿No quieres un ron?
- No me gusta.
- ¿Cerveza?
- No, gracias.
- ¿Algo?
- Estoy bien, en serio, gracias.

Finalmente pasó el tiempo y ni una partícula de mi cuerpo-mente sentía que había sido un año nuevo, o una etapa, o qué se yo, algo importante. Al menos algo que se transformó. Nada.

Después vinieron otros días, todos iguales, y rápidos. Hasta que fue el día de mi defensa de Tesis, que sí me ayudó a sentir que realmente algo terminaba. Alguna parte de todo eso fue frustrante.

Ese mismo día recibí un mail que, a pesar de estar disfrazado de formalidad, me cambió ideas preconcebidas. Completa sorpresa para mi vida que transcurría, día tras día, aún sin darme cuenta de que estaba en el 2008, año que prometí sería el mejor de mi vida. Cuando llegó ese mail, me recordé que este año era "ese" año. Pero no lo creí por completo. Claro, al parecer nunca creo las cosas por completo. Pero  la vida estaba recordándome que es extraña, que da vueltas, que sorprende, y todas esas cosas que hacen que la vida sea interesante de vivir.

Ahora, ayer, sentí que empezaba el 2008. Me trajo de regalo un artiser. Un artiser que se complica con la cercanía física, como que tiembla a veces y pide permiso para dar abrazos. Un artiser que es escéptico, pero que finalmente, cree en la magia.

Luego de el encuentro llegué a casa embotada, como en un sueño. Jugué a repetir una y otra vez lo que había vivido. Y jugué también a cambiar algunas cosas en el guión...

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Compartido ya mi pichicuento, les dejo con una de mis mejores películas del 2008.
Orbuá!

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