Una Isla de Mí

Ya es Mayo. No tardó en llegar. Por razones secretas, tenía muchas ilusiones depositadas en este mes. La más grande, no se hizo realidad, y así, esta sería una de esas dramáticas veces en que mis sueños no se cumplieron…


Cuando era chica, yo tuve la ilusión de que mis papás volvieran a estar juntos. Lo deseé con mucha fuerza y nunca entendí por qué no se hizo realidad, si yo sufría tanto por eso.


Cuando púber, el niño que yo más amaba nunca me amó a mí. Y yo le pedí a Dios varias veces que me amara, y que fuéramos felices juntos. Pero no. Y yo sufrí por eso.


Ya de grande, cuando la Mimi (mi abuela) se enfermó, yo le pedí a Dios que no fuera cierto, que fuera reversible, que me despertara en la mañana y sólo hubiese sido un mal sueño. Nuevamente, no fue así. Pasamos un año completo, cada día más duro que el anterior, soñando yo con ver a la Mimi un día levantarse, abrir sus ojos de cielo azul, sin lágrimas, a decirme que le hiciera el desayuno a la Gaby (mi hermana, que es más chica que yo) o que me pusiera la enagua debajo de la falda.


Esta es la cuarta vez que en mi vida los sueños no se hacen realidad.


Las veces anteriores, se me agrandó el corazón mucho.
Lloré océanos.
En los océanos se levantó una isla de mí.
En la isla de mí, hay un tesoro escondido. Ni yo lo he podido desenterrar.
A veces, cuando todo está oscuro, veo algo que brilla desde lo más hondo. Como una vela en la ventana del vecino cuando se cortó la luz.
Sé que ese brillo es mío, pero, Cómo lo alcanzo? Me hará los sueños realidad? 

Buenas Tardes co-terrestres, en honor a la Mimi, les dejo con Carlitos Gardel: