No me conoces. Ni sabes de mi existencia. Pero yo decidí que voy a pensar en ti hasta que algo pase. Algo así como que, por ejemplo, me llames por teléfono.
Voy a pensar en ti hasta que vengas a tocar mi puerta en código morse.
Voy a pronunciar tu nombre como un mantra, hasta que no signifique nada porque, me gusta mucho tu nombre y el sonido que sale de mi boca al pronunciarlo me trae un poquito de paz.
Voy a gritar tu nombre en mis sueños hasta que me escuches y vengas a preguntarme por qué te estoy gritando. Y si después de todo eso no pasa nada. Si después de los pensamientos, los gritos y los mantras no pasa nada, entonces sabré que eras un invento mío o de disney para hacerme sentir menos sola.