De alguna parte me surgió esta necesidad
Una gran necesidad de mostrarme, en toda la evidencia del sufrimiento
O en toda la evidencia de confusión, de pérdida o de
desorientación
Como queriendo que todo mundo, o que mis cercanos o mi
círculo o quienes me aman
Pudiesen verme así, bien confundida, bien perdida, bien derrotada,
cabizbaja y avergonzada
Y que de ese gran momento surgiera la sanación
Como si mostrarme así me entregara alguna tranquilidad
La tranquilidad de que ya no tendría que fingir nada
Ni cumplir con ninguna absurda expectativa de ninguna cosa
Como si en ese mismo instante les pudiera transmitir que
esto soy: soy la incertidumbre, la confusión, la ceguera, la impaciencia, la
ansiedad, la inseguridad, la vergüenza, la intranquilidad, la ausencia de fé,
la desmotivación, la inercia, el aburrimiento, la decadencia, la pesadez, el
cansancio, el agotamiento, lo vencido, lo estancado, el silencio.
Mostrar que esto soy y que tengo mucho miedo a veces, de que
no se cumplan todas esas cosas que se esperan para mí.
Mostrar que sí, tengo miedo de que se especule y piense
tantas cosas que podría o no podría ser o hacer. Pero que ya no hay en mí
fuerzas para luchar ni a favor ni en contra de ninguna de esas hipótesis. Con suerte me doy fuerzas cada mañana para
simplemente ser.
He recordado muchos episodios de cuando era super super
super chica y ya me andaba preocupando por estos asuntos. Que mi Mamá no se diera cuenta que yo sufría
todos los días porque me Papá no estaba. Convencí a mi Mamá de que yo estaba
bien. Que mi abuela no se diera cuenta que yo no salía a jugar porque me daba vergüenza
haber llegado a vivir a una ciudad como victoria. Convencí a mi abuela de que
prefería jugar sola. Que el niño que me gustaba no se fuera a dar cuenta que me
gustaba, porque obviamente yo no le gustaba, y si se daba cuenta iba a ser
super ridículo que a mí me gustara alguien que no me daba bola.
Eso era. Mucho miedo de sentirme-hacer-ser ridícula. Quizá
inadecuada es una mejor palabra, ahora que tengo más vocabulario. Todo esto
estuvo en mi mente y corazona cuando chica.
Y así, pasaron por mí desde entonces miles de actividades y
pasatiempos, al mismo tiempo que estas inquietudes filosóficas o
epistemológicas u ontológicas, no sé bien.
Habiendo declarado todo esto, surge una especie de tranquilidad. Pienso
entonces que todo este asunto de la confesión que se hace a los curas quizá si
sirve.
Y bueno, no sé qué viene hacia adelante. No tengo ni la más
remota idea. Tengo sueños eso sí. Muchos sueños, y entre ellos está el formar
un mágico clan con nuevos/as seres. Seres con mi nariz y ojos de caleidoscopio.