La vida es más extraña que en los cuentos!

jueves, 1 de octubre de 2015

No soy la más. Ni la menos.

No soy la más bella, la más inteligente, ni la más chori. 
Pero estoy conforme con mis ojos, nariz y manos blanquitas, así como también mi pelo chascón y con frizz.
Me gusta también mi mente con frizz (o inquietud mental) y mi creatividad con frizz. 

Mi acto revolucionario cotidiano consiste en que no tengo que demostrarle a nadie mi singularidad (aunque vaya por la vida armada con amuletos).

No soy la más evolucionada, la más madura, ni la más consciente.
 Pero he tenido experiencias igual lindas y otras nada de lindas, que me han permitido aprender bastante, aunque no me haya ensuciado. No tuve mil novios, pero he vivido bastante. Cosas se han repetido y otras cosas se han ido para siempre. Lo importante es que todo lo he decidido yo.

No soy indígena, extranjera, ni tampoco extraterrestre. Soy chilena, surtina, y “mi pecho chileno voy mostrando al sol”. Aprendí  a quererme blanquita, con pecas, manchas y arruguitas por tener una piel demasiado delgada.

No soy madre. Pero soy hija, sobrina, hermana, prima, tía y amiga. Soy mujer. No soy madre porque es la decisión más consciente y trascendental de una vida humana, o al menos de la mía. La maternidad no me llegará por equivocación, error, descuido, mala suerte o impulsividad; lo decidiré como mi mayor acto político y revolucionario, cuando lo considere correcto.

Hay muchas cosas que no soy y que me faltan, como por ejemplo tetas. Lo importante es que así como soy está bien, estoy completa, nada me falta porque este es mi diseño. Único e irrepetible. No hay forma de que yo quisiera ser otra persona, porque quiero sólo ser quien yo soy.

Quiero amar como yo amo, querer como yo quiero, sentir como yo siento, hablar como yo hablo, escribir como yo escribo, cantar como yo canto, moverme como yo me muevo, bailar en el baño frente al espejo y bailar también por las calles y en los supermercados. Quiero cada vez más libertad, y si alguna vez siento que se acaba al encontrarme con otro, sea porque no puedo ser quien soy o bien porque se me pida ser algo distinto, pues me tocará continuar mi camino, porque sólo tengo esta vida para honrarme y respetarme.



Fin.